Piel, músculos y estructura profunda: la matriz del bienestar.
¿Te esfuerzas continuamente por cuidarte para sentirte mejor, pero no siempre sabes exactamente qué hacer? Bien, hemos preparado información valiosa para ayudarte a dirigir mejor tus esfuerzos.
Tu bienestar contigo mismo y con los demás depende fundamentalmente de la condición de estas tres capas de tu organismo: piel, músculos y estructura profunda.

La piel
La piel es el órgano de contacto entre el mundo interior y el mundo exterior. Su elasticidad y sensibilidad son fundamentales para hacernos sentir protegidos, pero también libres para abrirnos a los demás y a nuevas experiencias. El cuidado de la piel, a través de masajes en general y tratamientos específicos, permite mantener el tejido conectivo elástico y nutrido, además de reactivar su sensibilidad.
Algunas partes específicas del cuerpo son especialmente importantes en este sentido, ya que su bienestar se refleja en todo el organismo: los pies, las manos y el rostro.

Los músculos
Los músculos se dividen en músculos intrínsecos y extrínsecos; estos últimos, que son más superficiales y se encuentran justo debajo de la piel, son los más propensos a acumular tensiones debido al estrés, a la vida sedentaria y a las posturas incorrectas.
A través de los masajes relajantes puedes aliviar las tensiones y restaurar un mayor bienestar y armonía en esta capa del cuerpo; los beneficios que obtendrás serán:
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mayor serenidad
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libertad de movimiento
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sensación de ligereza
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predisposición al relajamiento
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claridad mental
La estructura profunda
La estructura más profunda del cuerpo, constituida por músculos intrínsecos, órganos y esqueleto, es la capa de ti en la que puedes trabajar sobre tu carácter, tus fragilidades o tus fortalezas.
El bienestar y la armonía de esta capa del cuerpo te hacen sentir seguro de ti mismo, fuerte y feliz.
En esta capa del cuerpo a menudo se encuentran las causas de malestares, fragilidades y dolores físicos.
